lunes, 22 de diciembre de 2008

Madrugada de jueves.

Un joven extranjero me planteaba no hace mucho la temida pregunta: "¿Cómo se vuelve uno escritor?". Atajándome la posibilidad de una salida fácil, se contestaba de inmediato: "Por los libros, diría Marguerite Duras". Y añadía, porque sabía de buena fuente que compartía esa creencia: "Tu Marguerite Duras". La carta no era larga pero continuaba con sus cuestionamientos: si había tantas personas "rompiendo las noches entre las páginas de libros", "acercando los lomos para olfatear la humedad y la tinta"., ¿cómo era que no todos se levantaban "en la madrugada de una jueves diciéndose: escribiré una novela?". "¿Será que me falta vida?", ponderaba.

Me pregunto lo mismo con frecuencia, a decir verdad. Me lo pregunto con la fuerza de alguien que, ciertos jueves, especialmente de madrugada., desea empujar la puerta para poder salir, de una vez y para siempre y no con la ansiedad del que planea entrar. ¿Es un escritor el que, de viaje por una ciudad de ensueño, se encierra en una habitación roja para poder desarrollar, ahora que en contra de toda predicción ocurre otra vez, ahora que tiene tiempo, la historia que se quedó en embrión apenas meses antes, en otro lugar?. El que escucha los sonidos de la calle desde un quinto piso y ve la luz natural sólo de reojo mientras no puede despegar los ojos de la pantalla ni los dedos del teclado; ¿es un escritor o un adicto o un monstruo?. ¿Iba yo a decirle al joven extranjero de verdad, honestamente y sin agachar la vista que esas muchas demasiadas horas en que ocurre poca cosa más allá de la más estricta inmovilidad eran, en realidad, horas deseables?. ¿Podía decirle, en un arranque de sinceridad, que esos jueves de madrugada no estaba yo, como tantos cientos de miles de otros, empujando la puerta para poder entrar y no, como dije al inicio de este párrafo, para salir?.

Marguerite Duras, que ha escrito tantas cosas exactas, también escribió una frase que me persigue desde que la leí por primera vez. Anotaba, en su libro "Escribir", que escribir es eso "que escribiríamos en caso de que escribiéramos". Inagotable e inquietante a la vez, la frase no se le escapó a Villa-Matas en el ensayo que le dedica a la escritora francesa en su libro "Desde la ciudad nerviosa. ¿Qué es eso que "escribiríamos en caso de que escribiéramos"?. El uso del condicional y el subjuntivo colocan al lector, presunto interrogante, entre la espada y la pared. Cruel, porque lo era y directa por sobre todas las cosas. Duras parece decir la respuesta a esa interrogante, de existir, no está fuera del presente, que es el único tiempo posible de la creación y luego entonces, no está fuera del acto mismo material y concreto de la escritura. Serpiente que se muerde la cola. Látigo de Stein. Lo que acontece aquí, en caso de, cuando la suerte, cuando la duda, cuando la espalda se inclina sobre una máquina y los dedos pulsan unas cuantas teclas. Cuando el cuerpo.


¿Quiere esto decir que le estoy diciendo al joven extranjero que se deje ya de tanta sobada pregunta y que se siente, cual debe, frente a su pantalla, sea o no sea jueves, sea o no de madrugada, y se ponga a presionar teclas una y otra vez, una y otra y una, sin garantía alguna pero con la única convicción de que, si existe la respuesta, sólo la escritura le dirá lo que escribiría en caso de que escribiera?. En cierto sentido, dicho sea esto con todo respeto, eso es lo que estoy escribiendo esta madrugada, efectivamente de jueves, al joven extranjero.

Cristina Rivera-Garza. Escritora.

Acerca de Dostoyevski

Fedor Dostoyevski fue un novelista ruso, uno de los más importantes de la literatura universal que escudriñó hasta el fondo de la mente y el corazón humanos y cuya obra narrativa ejerció una profunda influencia en todos los ámbitos de la cultura moderna. Nació en Moscú el 11 de noviembre de 1821. Su infancia fue bastante triste y, cuando contaba sólo diecisiete años, su padre, que era un médico retirado del ejército, le envió a la Academia Militar de San Petersburgo. Pero los estudios técnicos le aburrían y, al graduarse, decidió dedicarse a la literatura.

Su primera novela, Pobres gentes (1846), la desgraciada historia de amor de un humilde funcionario estatal, recibió buenas críticas por su tratamiento favorable de los pobres, víctimas de sus terribles circunstancias. El libro era bastante novedoso, pues añadía la dimensión psicológica a la puramente narrativa, en su análisis de los conflictos del protagonista observándolos desde su propio interior. En su siguiente novela, El doble (1846), y en otros trece esbozos y cuentos que escribió durante los siguientes tres años, el autor ruso continuó explorando las humillaciones y el consecuente comportamiento de los desheredados. En 1848 con su novela "Noches Blancas", novela de amor introspectivo, considerada su primer obra maestra, Dostoyevski se consagra como un escritor profundamente psicológico que intenta retratar en sus personajes todos la gama de sentimientos y emociones que habitan en el alma humana, por desgracia en el siguiente año de 1849 su vida y su carrera literaria sufrirían una dramática interrupción. Se había unido a un grupo de jóvenes intelectuales que leían y debatían las teorías de escritores socialistas franceses, por aquel entonces prohibidos en la Rusia zarista. En sus reuniones secretas se infiltró un informador de la policía, y todo el grupo fue detenido y enviado a la prisión. En diciembre de 1849 se les condujo a un lugar en que debían ser fusilados pero, en el último momento, se les conmutó la pena máxima por otra de exilio. Dostoievski fue sentenciado a cuatro años de trabajos forzosos en Siberia y a servir a su país, posteriormente, como soldado raso. Las tensiones de ese periodo se materializaron en una epilepsia, que sufriría durante el resto de su vida.

En Memorias de la casa de los muertos (1862), publicada en Vremya (Tiempo), la revista que él mismo fundó en 1861, Dostoyevski describió con todo detalle el sadismo, las condiciones infrahumanas y la falta total de privacidad entre los presos, resultado de su experiencia puesto que en la cárcel le habían tratado a él, "un caballero", con desprecio. En él también se produjo un cambio espiritual y psicológico. Sus lecturas de aquel periodo, limitadas a la Biblia, le empujaron a rechazar el ateísmo socialista, de inspiración occidental, que había practicado en su juventud. Las enseñanzas de Jesucristo se convirtieron en la suprema confirmación de las ideas éticas y de la posibilidad de la salvación a través del sufrimiento. La brutalidad de los delincuentes, salpicada a veces por gestos de valentía y generosidad, y por sentimientos nobles, le ayudaron a profundizar en su conocimiento de la complejidad del espíritu humano. Liberado en 1854, se le envió a una guarnición militar en Mongolia, donde transcurrió los siguientes cinco años hasta que recibió permiso para regresar a San Petersburgo, en compañía de una viuda aquejada de tuberculosis, con la que se había casado y que no le hizo feliz.

Al regresar a San Petersburgo, Dostoyevski retomó su carrera literaria, lanzando una publicación mensual en colaboración con su hermano Mijáil, llamada Vremya (Tiempo). En ella publicó, en capítulos, Memorias de la casa de los muertos, al igual que Humillados y ofendidos (1861). En esta melodramática historia, muy apreciada por los lectores debido a su compasivo tratamiento de los desheredados, el autor ruso presenta por primera vez el tema de la redención y del logro de la felicidad a través del sufrimiento. Su primer viaje al extranjero, un deseo que había acariciado desde mucho tiempo atrás, quedó reflejado en Notas de invierno sobre impresiones de verano (1863), ensayo en el cual describe la mecánica monotonía de la cultura de la Europa occidental. Cuando la revista fue cerrada, por un artículo supuestamente subversivo que se publicó en ella, los dos hermanos se embarcaron, en 1864, en el proyecto de "Época" otra revista de corta vida. En ella se publicó el comienzo de la única novela filosófica de Dostoyevski, Memorias del subsuelo (1864). Esta obra, considerada como el prólogo a las obras mayores de su autor, es un autoflagelante monólogo en el que el narrador, un rebelde contrario al materialismo y al conformismo imperantes en la sociedad, constituye el primero de los antihéroes enajenados de toda la historia de la literatura moderna. Tras la larga enfermedad y muerte de su mujer en 1864, y la de su hermano, cuyas deudas financieras se vio obligado a pagar, quedó prácticamente en la ruina. A cambio de un préstamo, se comprometió con un poco escrupuloso editor a cederle todos los derechos de sus obras si no le entregaba una novela completa en el plazo de un año. Dos meses antes de cumplirse ese plazo, le presentó El jugador (1866), basada en su propia pasión por el juego. Para transcribir esta novela había contratado los servicios de una mecanógrafa, Anna Snitkina, con la que se casaría poco después, y con la que alcanzaría felicidad y satisfacción.

Dostoievski se pasó los siguientes años fuera del país, para escapar de los acreedores. Fueron años de pobreza, pero de gran creatividad. Durante este periodo, consiguió finalizar Crimen y castigo (1866), que había comenzado antes que El jugador, y Los endemoniados (1871-1872). Cuando regresó a Rusia, en 1873, había obtenido ya el reconocimiento internacional. Su última novela, Los hermanos Karamazov (1880), la completó poco antes de su muerte, acaecida el 9 de febrero de 1881 en San Petersburgo. Sobre estas cuatro últimas novelas, en las que Dostoyevski traslada a sus narraciones los problemas morales y políticos que le preocupan, descansa el reconocimiento universal. En el interior de argumentos ingeniosamente construidos para mantener el interés del lector hasta el final, el autor crea unos personajes heroicos, de carácter dinámico y autónomo, y los coloca en situaciones extremas. Cada novela se centra en la exploración de sus conflictivas vidas, de sus motivaciones y de la justificación filosófica de sus existencias. De cada una de ellas, el autor llevó un cuaderno de notas. Todos ellos fueron traducidos a comienzos de este siglo, y constituyeron una impagable revelación de sus métodos creativos. En Crimen y castigo, probablemente su mejor novela, un estudiante pobre, Raskolnikov, asesina y roba a una vieja avara a la que considera un parásito, con el fin de destruir esa vida que le parece miserable y salvar la de sus familiares, sumidos en la indigencia. Atormentado por su culpa y su aislamiento, termina por confesar y por redimirse espiritualmente. El tema principal de esta novela es un análisis sobre si un ser, que se ve como un individuo extraordinario, tiene derecho a quebrantar el orden moral. En cambio, el protagonista de otra de sus novelas, El idiota, es un personaje mesiánico, concebido por el autor como el paradigma del hombre bueno. El príncipe Mishkin irradia sinceridad, compasión y humildad, y se convierte en un defensor público de estas virtudes, pero es derrotado finalmente por sus propios odios y deseos. Los endemoniados es una novela sobre un grupo de conspiradores revolucionarios que usan tácticas terroristas para conquistar sus metas. El protagonista, Stavrogin, es un personaje demoníaco y autodestructivo, con una ilimitada inclinación hacia la crueldad. Los hermanos Karamazov, considerada como una de las grandes obras maestras de la literatura universal, constituye la expresión artística más poderosa de la habilidad de Dostoyevski para traducir a palabras sus análisis psicológicos y sus puntos de vista filosóficos. Su argumento, el de una historia de misterio sobre un asesinato, se adentra en el terreno del parricidio y de las tensiones familiares. La profunda significación intelectual y espiritual de esta extensa novela se va revelando a través del enfrentamiento entre los tres hermanos, el intelectual escéptico, Iván, el pasional hombre de acción, Dimitri y el bondadoso novicio en un monasterio, Aliocha. Los tres protagonistas, símbolos metafísicos del cuerpo, la mente y el espíritu, que habitan en el hombre contemporáneo, llevan a cabo un prolongado y apasionado debate sobre los temas que preocupaban al autor desde su juventud: la expiación de los pecados a través del sufrimiento, la necesidad de una fuerza moral en este universo racional, la lucha entre el bien y el mal, el valor supremo de la libertad y del individuo. Y la más importante de todas las preguntas, y de la que sólo se han dado respuestas parciales: cómo debe vivir un ser humano y para quién tiene que hacerlo. La creación simbólica de mundos en los que héroes traspasados por el carácter trágico de la vida buscan la verdad y la autorrealización conforma la característica más destacada de las últimas obras de Dostoievski, que las convierte en obras universales e intemporales. A través de ellas, el escritor ruso se anticipó a la moderna psicología, al explorar los motivos ocultos y llegar a comprender de un modo intuitivo el funcionamiento del inconsciente, que se manifiesta claramente en las conductas irracionales, el sufrimiento psíquico, los sueños y los momentos de desequilibrio mental de sus personajes. Preparó, asimismo, el camino para las aproximaciones psicológicas llevadas a cabo por la literatura del siglo XX y por los escritores del surrealismo y el existencialismo. La gran aportación de Dostoyevski a la literatura universal consistió en dar un nuevo enfoque a la novela según el cual el narrador ya no está fuera de la obra relatando acontecimientos más o menos ajenos a él, sino que su presencia se manifiesta con voz propia, como si de otro personaje se tratara. Ejemplos significativos de la adopción de este modo de narrar se pueden observar en André Gide, Thomas Mann, Miguel de Unamuno, Jean Paul Sartre o en el argentino Roberto Arlt que en los círculos literarios de los años treinta era conocido como el "pequeño Dostoyevski". La obra de Fedor Dostoyevski fue traducida al español por Rafael Cansinos Assens.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Definiciones

El silencio más largo
a mis lamentos y
el grito más agudo
en mis silencios.

La ausencia más notable
en mis presencias,
presencia recurrente
en mis ideas.

Inspiración de largos,
hermosos sueños
y al mismo tiempo
causa principal de mis desvelos.

Paradójicas ideas que intentan ser definición
de ti, que has dado sueños;
de ti, que me has despertado;
de ti, que me has olvidado.

Saber que existes
como el aire, el sol
o el agua y que del mismo
modo te me escapas.

Saberte mi agua perfecta
ahora que estoy sediento
y aún cuando tengo a mi
lado la fuente,
saber que moriré de sed.

Francisco Cabrera.

Cielo Gris

El viejo contemplaba fijamente el cielo gris el cual se asemejaba al humo del cigarro que aspiraba lentamente mientras a su mente llegaban recuerdos de un pasado lejano y confuso situado en un tiempo que era inútil tratar de precisar o de fechar, de pronto; su decrépito ser vibró al calor de antiguas y muchas veces experimentadas sensaciones que se debatían entre el placer y la nostalgia sacudiéndolo en sus adentros y haciéndolo volver a sentir aquellos anhelos juveniles, aquellas olvidadas caricias, y aquellos voluptuosos y estremecedores roces que llegaron a acariciarlo y a embriagarlo en cuerpo y alma en esos tan distantes años de su juventud , y de los cuales él sabía muy bien que jamás volverían a llenarlo ni a satisfacerlo en sus ansias existenciales, ni a hacerle sentir nuevamente esos inmensos deseos de vivir que tuvo en el pasado. Sumido en estas ensoñaciones comenzaron a llegar a sus oídos viajando a través de su imaginación en medio de extrañas evocaciones, las notas familiares y hermosas de una vieja canción muy querida por él, mientras tanto pudo observar por la ventana de su habitación que una lluvia ligera y discreta comenzaba a caer. Así transcurrieron algunos breves instantes de calma hasta que aquellas primeras tímidas y diminutas gotitas de agua comenzaron a volverse mas y mas gruesas hasta parecerse a las lágrimas de algún gigante cuyos húmedos pesares mojaran la tierra entre tremendos gemidos y aspavientos hechos de truenos y de rayos. Gris era era el color del cielo y gris también el humo del cigarro que permanecía entre su dedos de la mano izquierda mientras que con los de la derecha acariciaba su arrugada frente frotándola como si quisiera limpiarla, como si quisiera desempañar sus pensamientos y al mismo tiempo desempolvar su mente para así poder disfrutar más clara y vivamente de aquella evocación. Al recordar esta añorada balada, el anciano hubiera querido valerse de algún poderoso conjuro por medio del cual pudiera regresar a aquel momento en que por primera vez oyó esa melodía, al instante mismo en que a sus oídos llegó aquella armoniosa y hasta entonces jamás escuchada música , ¡pero no, tristemente aquel deseo era imposible de cumplir!. La lluvia se había hecho cada vez más intensa, hasta el punto de hacerse un verdadero torrente que con su estruendoso e indecente ruido empezaba a difuminar aquel dulce recuerdo transformándolo en angustia y en dolor, pues ahora en su alma aquejada por el terrible crepitar del aguacero, había aparecido con fiera claridad el sentimiento de la soledad mas absoluta y desesperada que pueda imaginarse. Esta horrible sensación de soledad interior comenzaba a inundar ahora todo su ser alejándolo de toda idea placentera y esperanzadora, porque así como el cielo azul se desvanece empujado por las grises nubes que entre fuertes rugidos anuncian la tormenta, de igual manera se habían esfumado para siempre de la existencia del viejo los días claros y gozosos de su juventud y de la misma forma en que se iba consumiendo su cigarro así también, poco a poco, se irían consumiendo lenta y dolorosamente sus últimos deseos y aspiraciones para luego desaparecer en el mar de quejas y quebrantos que trae consigo la vejez. Ya no guardaba ilusiones ni tenía la menor esperanza de que regresaran esas épocas de alegría en las que podía cantar con cándido placer aquellas canciones que tanto le gustaban. Tampoco creía ni esperaba nada de sus hijos ni mucho menos de sus nietos, para él no eran éstos mas que seres extraños y desfigurados muy distintos de la gente que conoció en sus años de vigor. Inesperadamente surgió de su pensamiento como un terrible rayo caído sobre su espíritu, la desgarradora idea de que la vida ya no tenía nada nuevo ni bueno que ofrecerle, y de que habiendo absorbido todo lo jugoso y nutritivo del néctar de la existencia no podía ya esperar otra cosa más que amargos y desolados porvenires. Su cigarro ya se había consumido por completo, y repentinamente la lluvia había comenzado a cesar hasta volverse casi imperceptible como si desde el cielo algún portentoso dios le hubiera ordenado a la tormenta que se calmara y ésta ante tan imponente orden volviera a ser suave y tranquila como cuando inició. Entonces el anciano se recosto en su cama agobiado por los pesares de su atormentado ser; deseoso de que el sueño llegara pronto para arropar su alma con sus morfeas sábanas llenas de apacible somnolencia y así poder refugiarse por un momento de sus temores, de sus amargos pensamientos, de la melancolía de la vida y de sí mismo.

Edgar R. Cabrera.

Recordando a José Revueltas

A 94 AÑOS DE SU NACIMIENTO Y A 40 DE SU ÚLTIMA DETENCIÓN POR SU PARTICIPACIÓN EN LA LUCHA ESTUDIANTIL DEL 68, RECORDEMOS A JOSÉ REVUELTAS, EL COMUNISTA, EL ESCRITOR Y EL INCANSABLE LUCHADOR SOCIAL QUE JUNTO A MILES DE JOVENES PARTICIPÓ EN EL MOVIMIENTO EN CONTRA DE ESA MÁQUINA CRIMINAL, REPRESIVA Y BRUTAL, QUE ES EL ESTADO CAPITALISTA.
José Revultas nació en Santiago Papasquiaro, Durango, el 20 de noviembre de 1914, en el seno de una de las familias más importantes para la cultura mexicana: cutro de los hermanos destacaron en el quehacer artístico. Silvestre. extraordinario compositor cuya obra perdura y es absolutamente imprescindeble en la música mexicana de concierto por obras como: "Redes", "Sensemayá", "La noche de los mayas" y muchas mas compuestas en un tiempo extremadamente corto menor a los 10 años. Fermín, pintor, es uno de los iniciadores del muralismo mexicano, y uno de los más audadaces y vanguardistas de su momento, desafortunadamente breve, ya que murió en 1935 a los 32 años de edad. Una de sus obras se encuentra en la entrada del palacio de san Ildefonso, en la Ciudad de México. Rosaura, bailarina, coreógrafa y actriz, desarrolló una gran labor en la danza, tanto clásica como folclórica y posteriormente en el teatro y en el cine. Formó parte de la compañía Bertold Brecht en Alemania. En el cine mexicano recibió un Ariel por su actuación en El rebozo de la soleda, con guión de su hermano José. Su papael más memorable lo tuvo en "La sal de la tierra", que le valió la persecución del senador Joseph MacCarthy, tristemente célebre por haber dado origen a la palabra "macartismo", sinónimo de cacería de brujas. Rosaura fue deportada por la denuncia que se hace en la película del maltrato a inmigrantes en norteamérica e inscrita en la lista negra de Hollywood, pero la cinta fue un éxito mundial y su actuación premiada en varios países. José Revueltas es mas conocido en el mundo de la cultura por su escritura que por su militancia, y su legado a la literatura mexicana es basto y muy significativo. Aparece en un momento en que la novela de la Revolución está temática y estéticamente agotada. Las grandes obras de Martín Luis Guzmán, La sombra del Caudillo, Rafael F. Muñoz, Se llevaron el cañón para Bachimba; Mariano Azuela, Los de abajo y Mauricio Magdaleno, El resplandor, ya habían sido publicadas.
Es en ese contexto en el que Revueltas gana el Premio Nacional de Literatura con "El luto humano": La rebelión cristera, la miseria campesina y la permanente presencia de la muerte son los elementos principales de esta dramática metáfora del México posrevolucionario y el remate ideal para la novela de la Revolución, culminación y nuevo punto de partida. Inicio de lo que Evodio Escalante llamó "una literatura del lado moridor". A pesar de sus logros y aportaciones a la literatura, siempre ha tenido detractores, las más de las veces por razones ideológicas a veces disfrazadas como argumentaciones de técnica literaria e incluso se le ha acusado de plagiar un libro de William Faulkner, publicado posteriormente al del supuesto plagiario. Indisolublemente ligada a la vida y obra de José Revueltas, su militancia política está en la raíz de la mayor parte de los ataques en su contra. Pero no se crea que sólo la derecha arremetía contra él, perseguido y encarcelado varias veces por sus ideas. Su historia dentro de la izquierda es similar, descalificado y excluido por atreverse a criticar. Militó en el Partido Comunista Mexicano desde sus 15 años, por esa militancia fue a dar a la cárcel varias veces, dos de ellas a las Islas Marías, experiencia de la cual resultó su premera novela: "Los muros de agua". Expulsado del PCM, en 1943, fundó el grupo cultural "El Insurgente". En 1947 ingresó al Partido Popular, al cual renunció en 1955 por diferencias profundas con Vicente Lombardo Toledano: reingresó al PCM en 1956, de donde nuevamente fue expulsado con toda la minoría en 1963. Posteriormente, José Revueltas partició en la formación del Grupo Comunista Internacionalista, del cual se separó cuando éste se adhirió a la Cuarta Internacional de filiación trotskista. Cada salida de un grupo o un partido fue provocada por su pensamiento crítico, por defender su derecho a disentir y por reprobar los errores de las derecciones. Estas críticas están plasmadas literariamente en sus novelas "Los días terrenales y Los errores" y en diversons ensayos teóricos y políticos entre los que sobresalen "México: una democracia bárbara y Ensayo sobre un proletariado sin cabeza". Posiblemente uno de los momentos más dolorosos de esa "persecución de izquierda" que vivió revueltas fue el año de 1950, tras la publicación de "Los días terrenales" y la puesta en escena de "El cuadrante de la soledad", sus compañeros y excompañeros de lucha se volcaron contra él con tal saña que poco se parece a la crítica. Epítetos que sólo pueden ser obra del ardor y no del análisis, como si se hubiesen encontrado retratados. En un principio Revueltas se defendió, y defendió sus obras para después terminar sometido a las "razones de partido". De "El cuadrante de la soledad, escribió: "El autor se propone denunciar: Lo insoportable del mundo en que vivimos, el asco absoluto, afirmar, entonces, la conciencia sangrante de que es imposible vivir así, la conciencia de que todos nuestros actos están impregnados de esta corrupción: en fin de cuentas, de esa soledad indigna y maldita. Convencer a todos de ellos, hacerles saber que tal cosa es la locura y el hundimiento, y hacérselos saber hasta la desesperación y hasta las lagrimas". El éxito de su obra fue rotundo. "El cuadrante de la soledad fue la primera obra de teatro mexicano en alcanzar las 100 representaciones, dirigida por el maestro Ignacio Retes, con escenografía de Diego Rivera y un elenco de casi 30 actores en el que, entre otros podemos destacar a Amparo Ribelles, Wolf Rubinski, Prudencia Grifell, Rosaura Revueltas, José Solé y Silvia Pinal. La obra interrumpió sus presentaciones a petición expresa del autor, en una carta que recuerda demasiado a las confesiones "voluntarias" de los intelectuales y artistas censurados por el estalinismo: "He tenido la oportunidad de examinar mi trabajo a la luz del pensamiento crítico por excelencia que es el de los grandes maestros universales del marxismo; llegando a la firme conclusión de...la necesidad de que proceda yo inmediatamente a una revisión radical y exhautiva de mi obra como escritor". Presionado a nombre del "proletariado" por Enrique Ramírez y Ramírez, que terminó militando en el PRI y por Vicente Lombardo Toledano, que transformó al PP en el Partido Popular socialista y desde donde nunca dudó en servir de oposición dócil y legitimadora del PRI-Gobierno. Expulsado y permanentemente excluido, ¿quien recordara en el futuro los nombres de su perseguidores? Carecerán de nombre y apellido, no seran nisiquiera los "camaradas" como gustaban ser nombrados, se perderán en el nombre de Stalin que para entonces difícilmente será recordado fuera de círculos pedantemente expertos. Otra de las facetas de Revueltas fue la de guionista cinematográfico, incursionó en el cine como medio de sobrevivir en un tiempo en el que la literatura no lo era, y también para el séptimo arte no fue uno de esos guinistas cuyo nombre pasa rápidamente al olvido. Para el escritor, el cine fue una de sus pasiones, no sólo como guionista y adaptador, campo en el que desarrolló una obra basta y notablesino que también le dedicó parte de su esfuerzo teórico al reflexionar sobre diversos aspectos del quehacer cinematográfico, e incluso estuvo a punto de dirigir una película experimental, que por desgracia no llegó a realizarse. Para el cine mexicano, la obra de José Revueltas representa uno de los puntos más altos. Es posiblemente el mejor adaptador de la literatura al cine con que ha contado nuestra industria y demuestra la posibilidad de un cine de calidad y con impacto popular. Con Roberto Gavaldón, formó una de las parejas creativas más importantes del cine nacional, fruto de esa colaboración son películas como "La otra". "La diosa arrodillada", "En la palma de tu mano", "La noche avanza" y "La escondida". Con la complicidad de su amigo y camarada de la clandestinidad, el escritor Juan de la Cabada, trabajando por separado distintos tratamientos, escribió una de las mejores películas mexicanas en la obra de Luis Buñuel: La ilusión viaja en tranvía. Su último trabajo cinematogr+áfico fue la adaptación con José Agustín de su novela "El Apando" (1976). Sólo 20 años después de muerto, el cine mexicano retomo la obra literaria de Jo´se Revueltas para llevarla a la pantalla, en Los"los vuelcos del corazón", dirigida y adaptada por Mitl Valdez, a partir del cuento "Resurección sin vida". El cine mexicano seguirá contando con la obra de Revueltas, una vez que despojados de prejuicios podamos encontrar en ella valores humanos que trascienden a su ideología. Para muchos de los jóvenes del 68 y para los que lo conocimos en 1971 en su primera accion pública al salir de la penitenciaría de Lecumberri, cuando en el auditorio Justo Sierra, -hoy Che Guevara- dictó su primera conferencia sobre la "Autogestión académica", José Revueltas era un deslumbrante Maestro. Para la primera generaci´n de estudiantes de la preparatoria popular, precioso proyecto posteriormente traicionado y envilecido, que para posterior envidia de quienes sí teníamos lugar en las preparatorías oficiales, podíamos estudiar matemáticas con heberto Castillo y letaratura con Revueltas, aún sin saber entonces quie´nes eram, todos se daban cuenta de su extraordinaria calidad como maestros. ¡Cuaándo ese estudiante que abandonó la secundaria apenas terminado el primer año empezó a ser maestro? ¡Probablemente siempre lo fue!. Nunca abandonó los libros y éstos tampoco lo abandonaron a él, ni aún en las cárceles ni en las persecuciones. La prisión seguía siendo para él una oportunidad de aprender. El inolvidable Juan de la Cabada, solía contar cómo al salir de las cárcels platicaba gustoso lo que haíba aprendido o descubierto y cómo la derección del partido lo amonestaba y le indicaba que debía decir que las cárceles de la dectadura eran atroces, que no podía haber aprendido nada en ellas. Revueltas continuaba siendo maestro en la cárcel, sus compañeros de prisión ya lo han contado y tampoco abandonaba la reflexión y la escritura. Y una de sus más importantes enseñanza es su propia vida, generosa e infatigable en la lucha y en la conviccion de que es posible cambiar el mundo, en 1968 entusiasmado con el maravilloso movimiento de los jóvenes estudiantes escribió: "Por primera vez en mi vida he sentido los momentos de un ser verdaderamente libre, aunque esto no sea otra cosa que una anticipación. Anticipáción: lo que se anticipa es porque ya es´ta contenido en el futuro. Sigamos luchando y esperemos". Su pensamiento evolucionaba, podríasmos decir que transitó de la ortodoxia marxista a un marxismo heterodoxo y de ahí a un marxismo libertario. No rehuía la crítica, ni la adversa, ni su derecho a ejercerla. Por eso podemos imaginar una escena de esas que sólo les quedan bien a los buenos guionistas como él, en el que su espíritu por quién sabe qué causa deambula por los pasillos de la Facultad de Folosofía y Letras buscando respuestas contra la alienación contemporánea de la conciencia, o quizá pasea por el Centro Cultural Universitario, musitando su frase favorita: "Gris es toda teoría, verde es el árbol de oro de la vida".
Carlos Narro.